Test Ride • Royal Enfield: Como en los viejos tiempos
La firma británica llevó a cabo la presentación mundial de sus nuevos modelos en California. Una desición muy acertada para rememorar los años ´60, cuando las motos de Royal Einfield protagonizaban escenas de la vida diaria de los surfistas.
Siempre bañada por las frías aguas del Pacífico, California fue uno de los focos de la contracultura durante la década del ´60, que luego derivó en el movimiento hippie. Los Beach Boys aparecían en la televisión blanco y negro; el “verano del amor” ocupaba San Francisco; los Eagles cantaban “Hotel California”; el festival Monterrey Pop juntaba 60.000 personas; The Mamas and The Papas entonaba “California Dremin”; y los Rolling Stones tenían uno de los peores shows en su historia cuando en Altamont la banda de motociclistas californiana “Los ángeles del infierno”, que estaba a cargo de la seguridad del recital, mató a un espectador negro. Sin embargo, en Santa Cruz, una pequeña ciudad al sur de San Francisco, los jóvenes preferían salir mar adentro a buscar olas de 8 o 10 metros de alto para poder domarlas con sus tablas.
Por esos años, un emprendedor y visionario, Jack O’Neill desarrollaba el traje de neoprene y se convertía en el padre del surf. Aquellos jóvenes se movilizaban en unas pequeñas motos en las que llevaban sus tablas sobre 2 soportes en forma de U en el lado derecho. Esas motos eran Royal Enfield, de origen inglés.
Más de 50 años después muchas cosas en California cambiaron. Los hippies fueron absorbidos por el sistema que combatieron; los sonidos de aquellos grupos hoy salen de las rockolas de los hoteles; muchos de “Los ángeles del infierno” ya no andan en moto; y el estado más grande de la Unión defiende al medio ambiente y se sustenta con el entretenimiento y el ocio (Hollywood), alta tecnología e informática (Silicon Valley) y viñedos (Valle del Napa). Pero los jóvenes de Santa Cruz (que desde hace muchos años es la capital mundial del surf) continúan buscando olas gigantes.
En este lugar emblemático para los amantes de las motos Royal Enfield, la marca que produjo su primera moto en 1901 en Redditch, Inglaterra, y hoy está en manos de un grupo industrial indio, decidió realizar la presentación mundial de sus nuevos modelos Interceptor 650 y Continental GT 650, ambas con un novedoso motor bicilíndrico en paralelo.
Con base en el hotel Dream Inn, un lugar frente al mar que mantiene el encanto de los años 60, los principales directivos, diseñadores e ingenieros de la marca explicaron detalladamente el desarrollo de estos modelos que buscan recrear lo que hoy se denomina estilo vintage pero sobre una base de construcción moderna.
La absoluta ausencia de ayudas electrónicas obliga a adaptarse a una conducción al viejo estilo.
Tras el cierre de las operaciones en Inglaterra en 1970, Royal Enfield siguió operando como marca en la India en manos de un grupo industrial local, aunque sólo produciendo para el segundo país más poblado de la Tierra. Sin embargo, una nueva conducción en la última década decidió salir al mundo aprovechando las grandes ventajas productivas del país asiático y esta moda por los modelos clásicos que domina los mercados mundiales. En la última década, Royal tuvo un crecimiento del 50% cada año, al pasar de vender 50.000 motos en 2010 a más de 820.000 en 2017. La estrategia es llegar a los mercados en expansión, como Asia y Latinoamérica, además de los históricos como Estados Unidos y Europa, con precios muy competitivos.
Tras las presentaciones históricas y técnicas de rigor, llegó la parte más divertida, salir a la ruta. Fueron dos días de manejo intenso por la Highway 1, esa autopista pegada al Pacífico entre San Francisco y Los Angeles de unos 1.000 kilómetros de extensión, y también por las reviradas curvas y contracurvas endemoniadas de los parques nacionales de Big Basin Red Woods, West Waddell Creek State Wilderness, y Portola Redwoods, entre las milenarias y gigantescas sequoias.
La Interceptor 650 recrea el modelo histórico que le da nombre, con su distintivo tanque en forma de lágrima con apoyos tradicionales para las rodillas, asiento doble acolchado y manillar ancho que evocan el estilo callejero que surgió en los años 60 en California. Su cómoda y dominante posición de conducción hace que la Interceptor 650 sea divertida y práctica en todo tipo de terrenos, desde curvas de caminos costeros hasta la jungla urbana, para salir de la ciudad o para “navegar” en la playa.
La Continental GT 650 busca atraer especialmente a los motociclistas deportivos con su asiento opcional, depósito de combustible esculpido, pedalines retrasados y semi manillar de carrera. Sin embargo, por mucho que sea ideal para disfrutar de ráfagas de alta velocidad en tormentosas carreteras, su ergonomía permite permanecer cómodo cuando se usa como una motocicleta de ciudad.
Ambos modelos tienen en común el motor (47 CV y 52 Nm con inyección electrónica) sistema de refrigeración, chasis, suspensiones, frenos (con ABS), cubiertas (Pirelli Phanton origen Brasil), instrumental y grupos ópticos. La diferencias se observan en el formato de los tanques (Interceptor como gota de agua, Continental más cuadrado), los asientos (la Interceptor tiene asiento enterizo, la Continental sólo para uno), la posición de los pedalines delanteros en la Continental están más retrasados que en la Interceptor. En cuanto a la estética, la Interceptor tiene guardabarros, llantas y ópticas cromadas, mientras que en la Continental son negros.
La Continental GT claramente mostró una actitud más deportiva, con su semi manillar abajo, en particular en las curvas, aunque los pedalines retrasados cansan un poco después de 200 kilómetros exigidos. La Interceptor se mostró más relajada. El asiento de la Interceptor tiene la dureza justa pero es algo deslizable.
En cuanto a “modernidad” ambas tienen lo elemental, inyección y ABS. La absoluta ausencia de ayudas electrónicas obliga a adaptarse a una conducción al viejo estilo, como el concepto de estas motos, algo muy buscado por aquellos que quieren sentir sensaciones como las de antes.•
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