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La magia de Santa Mónica: Un recorrido en bicicleta por la costa californiana

Texto y Fotos: Ana Bouzas / Andrés Canet

Recientemente, tuve la oportunidad de viajar a Los Ángeles para asistir al IPW, la mayor feria de turismo para profesionales de los Estados Unidos. El día anterior a que comenzaran las rondas de negocios, el IPW nos invitó a disfrutar de un tour en bicicleta por la soleada Santa Mónica y sus playas, una experiencia que prometía ser inolvidable.


Después de un delicioso brunch en el Museo Getty Center de Los Ángeles, partimos hacia Santa Mónica. Allí, la empresa Unlimited Biking nos recibió con bicicletas listas y un experto guía, dispuesto a llevarnos a un recorrido de tres horas por las emblemáticas playas de Santa Mónica, Venice Beach, Muscle Beach y la Marina del Rey, entre otros lugares.


Era una hermosa tarde de primavera cuando comenzamos a pedalear por Ocean Avenue. Hicimos nuestra primera parada en un mirador que ofrecía vistas espectaculares: de un lado, las colinas de Malibu; del otro, el famoso muelle de Santa Mónica. La brisa del mar y el sol brillando sobre el océano crearon un ambiente perfecto para la aventura que nos esperaba.


A medida que avanzábamos por el corredor marítimo, fui testigo de la belleza de la ciudad. El muelle, repleto de turistas, nos recibió con su larga pasarela llena de tiendas y restaurantes. No pude resistir la tentación de sacarme una foto con el icónico cartel de la Ruta 66 y, por supuesto, visitar el parque de atracciones Pacific Park, donde la noria se alzaba contra el cielo azul.


Continuamos nuestro recorrido hacia Venice, un lugar vibrante y colorido, famoso por su ambiente bohemio. Aquí, los skaters, artesanos, músicos y artistas callejeros se entremezclan, creando un espacio lleno de vida y creatividad. Hicimos una pausa para disfrutar de las acrobacias de los expertos skaters, mientras recargábamos energías antes de dirigirnos a la Marina del Rey.


El embarcadero de la Marina nos ofreció un bello panorama, y luego nos aventuramos a explorar los legendarios canales de Venice. Situados justo al lado de la calle 25, estos canales son fáciles de pasar por alto si no sabes que están allí. Rodeados de pintorescas casas, pedalear por sus aceras y puentes fue un verdadero deleite, sumergiéndonos en esta zona conocida como la “Venecia Americana”.


De regreso, hicimos una parada en Muscle Beach, donde los fisicoculturista se ejercitaban con fervor. Después de un rato, decidimos refrescarnos con un delicioso helado y admirar los art Walls de Venice, llenos de color y vida, además de disfrutar de la música de los talentosos artistas callejeros.


Con energías renovadas, tomamos nuestras bicicletas una vez más y comenzamos el camino de regreso al muelle. El sol comenzaba a descender y, para nuestra sorpresa, el atardecer que se desplegaba ante nosotros resultó ser uno de los más hermosos que he visto. El cielo se pintó de tonos naranjas y rosas, cerrando así un día inolvidable.


Esa tarde en Santa Mónica no solo me permitió disfrutar de los paisajes y la cultura de California, sino que también me recordó la belleza de explorar el mundo sobre dos ruedas. Sin duda, una experiencia que quedará grabada en mi memoria.*



 

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