BMW F 750 GS Y F 850 GS: Placer y emoción
En 1971, Joan Manuel Serrat presentó su disco Mediterráneo y la canción que le dio nombre al álbum dice en una de sus estrofas: “Llevo tu luz y tu olor/Por dondequiera que vaya”.
Y esa es la sensación que me quedó tras recorrer durante 3 días rutas, caminos de tierra y autopistas de Málaga, en el sur de España, cuando viajé junto con otro colega argentino a la presentación mundial de las nuevas motos F 750 GS y F 850 GS de BMW.
Definitivamente fue una experiencia original, excitante, vertiginosa donde cada momento vivido quedó impregnado en mi memoria, no sólo emotiva sino sensorialmente: el olor a tierra mojada, el ruido del motor, el amanecer rojizo desparramado por las nubes entre las montañas, los frescos pinchazos de la lluvia en la cara, el emocionante cosquilleo de la inclinación de la moto en las curvas, los sabores de la comida andaluza, conocer gente de otras culturas. Un cúmulo de vivencias que hicieron de este viaje un aprendizaje inolvidable.
Desde hace años, Málaga disputa con Marbella el título de “capital” de la costa del sol, esa definición turística para una región bañada por las aguas del Mediterráneo que hace alarde de un clima envidiable, con una temperatura promedio anual de 19˚C y más de trescientos días con sol.
La historia de Andalucía –provincia a la que pertenece Málaga- es el resultado de un complejo proceso en el que se fusionaron a lo largo del tiempo diferentes pueblos y culturas. De esta manera, no se puede olvidar la impronta que han dejado por el territorio andaluz pueblos como el íbero, el fenicio, el cartaginés, el romano, el bizantino, el andalusí o el castellano.
Es así como más de 3.000 años de historia contemplan a Málaga, desde sus orígenes hasta la ciudad amable y cosmopolita que hoy enamora a turistas de todas partes del mundo. Y nosotros fuimos uno de ellos.
De esta manera, aparecen ante los visitantes el Teatro Romano y las piletas de Garum que nos transportan a los tiempos de la Hispania Romana; la Alcazaba, que es el ejemplo vivo más bello de la dominación musulmana. La reconquista cristiana por parte de los Reyes Católicos está presente en el Santuario de la Victoria; o las auténticas obras de arte, algunas de ellas sacras, en la misma Catedral, que han perdurado hasta nuestros días en celebraciones como la Semana Santa de Málaga. Pero también está el pasado de las uvas locales en el Museo del Vino, aromas que hoy se perpetúan en los vinos cultivados en las sierras de Málaga, como un tempranillo y hasta un oporto para después de una cena con comida mediterránea.
Desde hace medio siglo, la actividad económica malagueña está dividida en un sector tradicional como es la agricultura y el mundo campesino, y otro más moderno y dinámico como lo es el turismo. De esta manera, Málaga se convirtió en uno de los destinos preferidos de muchos europeos que gran parte del año habitan en países fríos o con muchos días nublados. La mayor cantidad de turistas llegan desde Alemania.
Por esta razón es que BMW eligió a esta ciudad bendecida por el clima para la presentación mundial de sus renovados modelos F 750 GS y F 850 GS, dos de sus máximos exponentes en el segmento trail de motos.
El centro de la movida fue La Cala Resort, un complejo de golf y relax, en Mijas, a 30 minutos del aeropuerto de Málaga, a mitad de camino entre Fuengirola y Marbella, en medio de un entorno privilegiado rodeado de montañas y a pocos minutos del mar. Un escenario con caminos ondulantes, ideales para probar motos sobre rutas que descubren un precipicio o un mirador cautivante en cada curva.
El alojamiento es una suerte de refugio rural compuesto por el hotel, 3 campos de golf, Spa, cancha de fútbol, restaurantes y salas para eventos. La principal actividad es el golf pero también se puede disfrutar de otras como montar a caballo, senderismo, ciclismo de montaña, tenis, pilates y yoga al aire libre.
Tras un día de aclimatación y descanso, a la mañana siguiente, bajo una persistente llovizna, tomamos contacto con las motos, todas formadas en perfecto orden en una de las terrazas del resort.
Hasta no hace mucho, la marca alemana estaba cómoda con el éxito de la hermana mayor, la 1200 GS, y también con su gama media en el segmento on-off. Pero la fuerte competencia de los últimos tiempos –Honda Africa Twin (1000 cc), Triumph Tiger (800 cc) y Ducati Multistrada (950 cc)- la obligó a una profunda revisión de su gama intermedia a 10 años de su lanzamiento original.
La sigla que identifica a las motos doble propósito de BMW es G/S por Gelände/Strasse que en alemán significa tierra y ruta. Y esa es la actitud que la marca bávara siempre buscó darles a sus modelos on-off, y en particular a los de su gama media, con la intención de ofrecer motos con un mix equilibrado que se puedan desempeñar con solvencia tanto sobre asfalto como fuera de ruta.
La primera generación apareció en 2007 durante el Salón de la Moto de Milán en 2 cilindradas, 650 y 800. Unos años más tarde, la “seis y medio” pasó a 700 con algunos cambios estéticos y de equipamiento.
Ahora, la marca alemana presentó la tercera generación para ambas versiones con profundos cambios en motor, chasis, electrónica y configuración. El concepto aplicado es profundizar la polivalencia, esto es, aptas para ciudad y ruta con ciertas aspiraciones deportivas (la más chica), y para viajes largos con acompañante y equipaje o para el off-road intenso (la más grande).
El primer contacto fue con la F 850 GS. Salimos del resort en el grupo de periodistas sudamericanos –hubo otros de los principales países del mundo- junto con colegas de Chile, Colombia y México. La líder era Stephanie Rowe, una instructora inglesa de 30 años y 1,59 de altura, de cuerpo menudo y cara angelical, que compite en enduro. Tras los intensos días de prueba nos daríamos cuenta de la notable calidad conductiva de Steffi, quien nos impuso un ritmo agotador, tanto sobre asfalto como en off-road.
Esta primera salida implicó un recorrido de poco más de dos horas y media y 120 kilómetros de ida con una combinación de asfalto y ripio, aunque mayoritariamente off-road, con destino final en el Enduropark-Andalucía, en la pequeña localidad de Casarabonela, donde se realizaron distintas pruebas y ejercicios.
Casarabonela es un municipio que está situada en la Sierra de las Nieves, en el centro de la provincia malagueña. Es un pueblo de postal que conserva buena parte de su antiguo trazado en forma de calles estrechas e intrincadas y fachadas blancas con vistas al valle.
El recorrido off-road tuvo todos los condimentos de una auténtica aventura. Con un clima húmedo y frio –una rareza a fines del verano en esta región- hubo que afinar los sentidos y el tacto para llevar la moto por caminos de tierra con muchas asperezas entre constantes charcos y badenes con agua. Nos rodeaba una espesa neblina que de a ratos dejaba ver una campiña que mezclaba el verde intenso con el marrón opaco, con diminutas casas colgadas de un barranco.
Pero lo más deslumbrante fue llegar al Enduropark. Allí, BMW montó un circuito de 34.000 m2 con dos áreas de entrenamiento que están unidas entre sí por una serie de subidas y bajadas para ponerse a prueba en todo tipo de accidentes geográficos. Lo más exigente fue transitar sobre un lodo espeso como chocolate que puso a prueba no sólo a las motos sino también a los periodistas. El regreso a Cala Resort fue por otra ruta asfaltada de poco más de 100 kilómetros.
De vuelta en el resort, la demanda física del primer día impuso una visita al Spa. Allí las sugerencias de las expertas fue natación en la piscina climatizada, hidroterapia con distintos tipos de temperatura y fuerza de los chorros de agua, baños de contraste para los pies y, finalmente, duchas aromáticas. La cena con ensaladas mediterráneas fue la previa a un descanso absolutamente reparador.
Al día siguiente, con un clima más benigno, salimos con las 750. En esta ocasión el trayecto fue netamente on-road, con casi 200 kilómetros de recorrido en cerca de tres horas de viaje, pasando por la reserva natural del Torcal de Antequera, el museo Molino Blanco y con regreso por las autopistas que rodean la periferia de la ciudad de Málaga, todo sobre un recorrido con curvas y contracurvas de vértigo que no perdonan el menor error de cálculo.
La primera gran diferencia con el pasado es que ambos modelos cambiaron de motor y subieron 50 cc la cilindrada. Como era antes, el impulsor para ambas es el mismo, un bicilíndrico en paralelo pero que ahora cubica 853 centímetros. En el caso de la 750 entrega 78 CV a 7.500 rpm y 83 Nm de toque a 6.000 rpm, apenas subió 3 CV respecto de la anterior versión 700. Pero la 850 brinda 96,3 CV a 8.250 rpm con un torque de 92 Nm a 6.250 rpm. En este caso, el aumento de potencia fue sustancial, 11 CV más, lo que implica 13,4 % de incremento.
Una modificación muy importante con el concepto anterior es que se cambió la ubicación del tanque de combustible, antes estaba debajo del asiento con la boca de carga a la derecha. Ahora el depósito –de 15 litros de capacidad- pasó a la ubicación tradicional, esto es arriba del motor. Por ende la localización de la batería se mudó debajo del asiento, lo cual implica un cambio en la distribución de pesos y del centro de gravedad.
Otras modificaciones significativas fueron el emplazamiento de la cadena de transmisión secundaria (pasó a la izquierda), el disco de freno (ahora a la derecha) y del tubo de escape (está a la derecha), esto último implicó también una modificación en los anclajes de los valijones laterales.
Además de cambios hubo incorporaciones. Una de las más notorias es el tablero, con una notable pantalla de tecnología TFT de 6,5 pulgadas con altísima resolución que permite ver con claridad la información a pesar de darle el sol del mediodía a pleno. El objetivo es ofrecer motos hiperconectadas donde el protagonista es el Smartphone. Ambos modelos disponen de encendido sin llave y una gran cantidad de sistemas electrónicos de asistencia, como 5 modos de conducción, ABS Pro, control de estabilidad y de tracción, suspensión electrónica semiactiva, control de crucero y sensor de presión de neumáticos.
Tras una intensa experiencia conductiva y vivencias hedonistas, queda el recuerdo plasmado en otro verso del Nano. “A tus atardeceres rojos/Se acostumbraron mis ojos/Como el recodo al camino”.•
FOTOS: BMW / Alejandro Fischer