Alexandria, USA: Cuando la fama no te cambia
Lugar de nacimiento de George Washington, primer presidente Norteamericano, conserva el encanto de un pueblo perdido en el tiempo.
Estados Unidos cuenta con ciudades muy ricas en historia, y Alexandria es una de las más importantes en este aspecto. Ubicada en el Estado de Virginia, a tan sólo 20 minutos al suroeste de Washington, sobre la orilla del río Potomac, esta ciudad es una de las más antiguas del país y lugar de nacimiento del primer presidente norteamericano George Washington. Aún conserva su aspecto colonial y su ritmo de vida pacífico de antaño que se mezcla con una concentración de tiendas, restaurantes, bares y teatros donde disfrutar del ocio y las compras, tanto de día como de noche.
Actualmente es una pequeña ciudad de poco más de cien mil habitantes cuyos orígenes se remontan al año 1749, por lo cual su centro histórico, conocido como Old Town (Ciudad Vieja) se ha convertido en una verdadera atracción turística. Su constitución como ciudad la convirtió en un puerto de entrada de barcos desde el extranjero, así como en un puerto exportador. A su vez fue el fuerte defensivo de la ciudad de Washington durante la guerra de Secesión, cuando cobró su gran importancia.
Llegamos a ella en subte desde Washington DC, y al bajar de la estación King Street nos sorprendió con sus edificios victorianos del silgo XVIII y sus eternos ladrillos que imponen su estilo, mezclándose con modernas vidrieras formando un conjunto que cautiva.
Caminarla es fácil, apenas son unas cuadras desde la estación hasta el río. Lo ideal es tomar la arteria principal King Street, la más cool. Allí conviven varias tiendas de arte, antigüedades y negocios tradicionales; como zapaterías, heladerías artesanales, antiguas farmacias y viejas tabernas que nos recuerdan a una vida mucho más tranquila de hace décadas.
En su plaza principal, donde se erige el antiguo edificio perteneciente al City Hall (o Ayuntamiento), nos encontramos con una gran cantidad de personas vestidas con atuendos típicos del 1.700. Estos personajes esperan a los turistas para narrarles parte la rica historia de la ciudad a través de una visita guiada por sus numerosas edificaciones, el relato de coloridas memorias sobre su padre fundador y descubriendo hechos no muy conocidos sobre sus monumentos, estatuas y edificios de la ciudad. Otra opción interesante es el trolley (trolebús) que recorre sus bellísimas calles. Una alternativa más para conocer esta pequeña ciudad.
Una vez en la orilla del río Potomac, se pueden visitar más sitios históricos y hermosos, como la Iglesia de Cristo. Rodeada de árboles que dan sombra a las tumbas del siglo XVIII, este sencillo templo de ladrillo y piedra posee un gran valor histórico. Aquí George Washington y Robert Lee acudían a misa a rezar por las tardes. Además cuenta la historia que el sábado más cercano al 22 de Febrero -fecha del cumpleaños de George Washington- los presidentes del siglo XX acudían durante su mandato a orar y se sentaban en el mismo banco donde él solía realizar sus plegarias.
Nos detuvimos unos instantes frente a la Carlyle House, una magnífica mansión de estilo paladino edificada en el año 1753. Su promotor y habitante fue John Carlyle, uno de los fundadores de la ciudad; quien construyó la misma para su novia Sara Fairfax de Belvoir, perteneciente a una de las familias más importantes de Virginia. La gran mansión es de por sí una belleza que merece la pena visitar, pero además posee gran importancia histórica ya que aquí tuvo lugar la reunión entre el General Braddock y los gobernadores reales para comenzar la Guerra Franco – India.
Muy cerca de aquí se encuentra la antigua farmacia Stabler-Leadbeater -hoy convertida en el Museo Boticario- que aún conserva su aspecto original. El museo cuenta con una gran colección de hierbas botánicas, vidrio soplado a mano y equipos médicos. También tiene una colección espectacular de materiales de archivo, incluyendo revistas, cartas y diarios, libros de recetas y fórmulas, libros mayores, pedidos y facturas. Los nombres de clientes famosos aparecen en estos documentos, incluidos Martha Washington, Nelly Custis (esposa y nieta de George Washington respectivamente) y Robert E. Lee (General estadounidense conocido por comandar el Ejército Confederado de Virginia del Norte durante la Guerra de Secesión desde 1862 hasta su rendición en 1865).
La taberna Gadsby ´s fue una de las hosterías más celebres del país. Desde su inauguración en 1785 recibió a viajeros que buscaban dónde pasar el rato, y con los años se convirtió en el centro de la vida económica, política y social de Alexandria. Visitantes como George Washington, Thomas Jefferson, John Adams, James Madison y James Monroe se daban sita en el lugar, fundadores de la independencia estadounidense. Cabe mencionar que este edificio público está íntimamente asociado con la lucha por la independencia y el establecimiento de la soberanía nacional de los Estados Unidos de Norteamérica.
Amenazada con ser demolida a principios del siglo XX, los edificios fueron salvados y preservados. En la actualidad el edificio de la taberna funciona como un museo que relata la historia del lugar haciendo hincapié en el famoso salón de baile de finales del siglo XVIII y la hostería como restaurante.
Alexandria atesora toda la belleza y el encanto de las ciudades fluviales. El río Potomac discurre tranquilo ante su orilla, que se la conoce con el nombre de Waterfront. Desde este maravilloso lugar es posible divisar el National Harbor y el Monumento a Washington a lo lejos. Es un sitio tranquilo ideal para caminar, sentarse a descansar o simplemente contemplar las increíbles vistas. Además este gran espacio verde junto al río ofrece la posibilidad de adquirir algún trabajo de los artesanos callejeros que exponen su arte bajo la sombra de los arboles.
Antes de llegar al muelle nos sorprendió el edificio de la ex-fábrica de torpedos, hoy conocida como Torpedo Factory Art Center. En la actualidad funciona un centro cultural. Su entrada es todo un espectáculo, artistas, músicos y demás le regalan al visitante una pequeña muestra de lo que se podrá apreciar adentro.
Aquí se realizan festivales de arte y música, además de una galería con piezas de 82 artistas locales que exponen durante todo el año su arte y artesanías. La joyería resultó ser a modo personal lo más interesante, exclusiva y donde se pueden conseguir piezas únicas y diferentes.
Sus calles también atesoran en sus casas de ladrillos antiguos y modernos negocios, muchos de ellos de decoración, indumentaria, anticuarios y comercios gastronómicos artesanales. Uno de ellos en particular nos sorprendió por su ingenioso método para elaborar helados artesanales en el momento, pudiendo el cliente elegir la combinación de frutas o ingredientes para su creación. Utilizan nitrógeno líquido en el proceso y en tan sólo unos minutos salimos de allí con nuestro helado personalizado. Los fanáticos de los dulces deberán darse una vuelta por Kilwins. Aquí la dieta queda a un lado y las golosinas se apoderan de uno. Las manzanas del amor con diferentes coberturas son una tentación.
Caminar por sus calles es todo un placer, no solo por su antigua arquitectura y sus calles -aún conserva algunas de ellas adoquinadas, una rareza en el país del norte- sino también por la gran cantidad de locales culinarios que hacen de Alexandria el nuevo polo gastronómico. Con restaurantes que ofrecen menús sencillos y deliciosos hasta sitios con propuestas más sofisticadas y elegantes.
Muy cerca del centro histórico el Mount Vermon atesora la Finca y la Mansión del primer presidente norteamericano George Washington. El complejo incluye la mansión y la tumba donde descansan sus restos mortales. Una linda visita si desea conocer más sobre la historia y vida de este famoso prócer norteamericano.
Si tiene una tarde o una mañana libre en DC no deje de visitar esta pequeña ciudad de ensueño llamada Alexandria. Un pueblo colonial conservado, con aire fresco y vibrante, con calles empedradas iluminadas a gas que fue parte vital de la historia más importante de los Estados Unidos.•
FOTOS: Andrés Canet